DVD
Título: «HIJOS DE LOS HOMBRES»
Dirección: Alfonso Cuarón.
Intérpretes: Clive Owen, Claire-Hope Ashitey, Michael Caine, Julianne Moore, Chiwetel Ejiofor.
Duración:
Género: Drama/Acción.
Esta es la clásica película que no ha recibido especiales parabienes de la crítica en los festivales por los que ha pasado pero, a cambio, ha recibido el apoyo incondicional del público. Quizá la crítica esperaba de Cuarón algo más sesudo, quizá algo más progre, quizá algo más de izquierda de toda la vida. Y ciertamente no se trata de una película con un mensaje abundante al estilo de “Gattaca” o de una búsqueda esteticista como “IA: Inteligencia Artificial”.
Cuarón es un contador de historias, un seguidor de vidas, un cariñoso fisgón de los caracteres humanos. Es lo que ha hecho en cualquier género que tocara ya fuese en “La princesita”, “Grandes esperanzas” o en “Harry Potter y el prisionero de Azkaban”. “Hijos de los hombres” es una película de acción, una persecución, en la que van apareciendo temas interesantes contemplados desde una óptica más interesante aún.
El mensaje de la película se reduce a una sola idea y a las consecuencias derivadas de ella. Esa ausencia de niños, esa esterilidad universal es una metáfora para hablar de la falta de esperanza en la sociedad. Cuarón observa los problemas de la actualidad y los proyecta 21 años hacia el futuro, como una denuncia de lo que acabará sucediendo si no confiamos en la vida, si perdemos la fe en el futuro, la esperanza en las generaciones venideras.
Seguimos los pasos de Theo y Kee. Huyen de esta distopía preapocalíptica en que se ha convertido el mundo. Y buscan un lugar donde poder empezar de nuevo, un barco, dicen, llamado Mañana en el que viajan unos científicos a cargo del Proyecto Humano. Y, en su huida conoceremos a una galería de variados personajes.
La humanidad sobrevive en un mundo donde los Estados reparten Quietus, las pastillas para el suicidio que garantizan una muerte relajada. La trama no nos aclarará grandes cosas: ni la causa de la esterilidad, ni las pandemias, ni las formaciones terroristas, ni la forma exacta en que funcionan los gobiernos. Pero eso no importa. El introducirnos en la situación, sin explicaciones, ayuda a la credibilidad: como si tuviésemos que estar al tanto de lo que dice el último periódico. No sabemos si ponernos de parte de los Estados dictatoriales, de los activistas o, al menos, de determinados activistas. Theo y Kee encontrarán amigos y enemigos en todos los bandos.
Lo mejor de la película es su poderosa estética. Cuarón realiza largos planos-secuencia. Esto hace que, en ocasiones, decaiga el ritmo. Pero, a cambio, logra con ello momentos de una fuerza tremenda.
Película tan interesante como entretenida para cualquiera que busque algo más que simple acción.
Por Gustavo de Prado (arvo.net)
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