06 febrero 2009

21/09: EpC = Constitución

Un texto claro y sencillo para acabar con los problemas: se trata de no imponer en temas en que la Constitución apoya las propias convicciones.


Educación para la Psiquiatría
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.....Sentencia el Tribunal Supremo que la Educación para la Ciudadanía no puede lesionar el derecho fundamental de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones y limita los contenidos lícitos de la asignatura. Excluye los supuestos no contemplados en la Constitución, entre los que se pueden contar la ideología de género, la defensa del aborto y la eutanasia y presupuestos ideológicos de las asociaciones gay.

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.....Reacciona Álvaro Cuesta, secretario de Libertades Públicas del PSOE: "Sólo me queda decir una cosa, y es que la asignatura de Educación para la Ciudadanía recoge los valores en los que creemos los socialistas porque nos sentimos absolutamente identificados con sus contenidos". Contradictorio Cuesta: si los contenidos son la Constitución no hay más que hablar y todos de acuerdo, pero se traiciona Cuesta al identificar los contenidos de una asignatura con los valores en los que creen absolutamente los socialistas, que con ser muy respetables no tienen por qué coincidir con “las convicciones religiosas y morales” de los padres que la sentencia protege y no los debe colar en la asignatura por mucha fe que les tenga. Eso es condicionar la educación de los niños con los valores de un partido político.

.....Creen los fans de esta asignatura en un mito: que donde se enseña salen niños ciudadanos de primera. Lo desmiente en Die Welt el psiquiatra Michael Winterhoff, autor de “Warum unsere Kinder Tyrannen”, desmitificador de esta y otras cosas en Alemania, uno de los países de nuestro entorno que se suponen modelo de ese mito. Winterhoff identifica razones de que el 70% de los niños tengan problemas: en los años 90 se empezó a tratar como colegas a los peques en medio de un enorme bienestar material y se dejó de decirles que no, algo que es fundamental en el desarrollo del niño desde los 4 años. Ya se sabe, esa mentalidad de que no le falte de nada, que tenga lo que yo no tuve, que disfrute como yo no pude, etc…

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.....Se crían así jóvenes sin habilidades para la vida, dirigidos al placer y la satisfacción de sus deseos, tendentes a caer en adiciones, incapaces de trabajos o relaciones estables; y pasa lo mismo en otros países con bienestar como el Japón, donde un millón de jóvenes de 20 a 30 años se quedaron a vivir en casa a costa de sus padres. Estos jóvenes no rompen como los del 68 con sus padres porque no maduran, solo se hacen niños mayores, pacíficos mientras no se les lleve la contraria. A los adultos les falta orientación, conocimiento y seguridad, que es lo que pide un niño.

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.....El niño ha adquirido en la sociedad un puesto increíble, narcisista y, como anuncia el título del libro, tirano. Muy alejado del niño de convicciones democráticas que prometen con la EpC. En la Ibiza de la abundancia, sin necesidad de asignaturas, ya conocemos el cuadro que atribuye Winterhoff a la educación permisiva, o sea, la falta de educación. No es falta de asignatura, es dejación por los padres de ese derecho fundamental, que es un deber irrenunciable que el TS les recuerda en su sentencia. Son padres que confían en que la escuela les haga sus deberes y cuyos hijos acaban en la consulta del psicólogo. Cargados de razón el Supremo y Winterhoff, si Cuesta insiste en inculcar sus creencias a nuestros hijos en la escuela habrá que acogerse al método de Mark Twain: “nunca he dejado que mi colegio interfiriese en mi educación”.
Rafael Vargas
Publicado en Diario de Ibiza

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