08 junio 2009

93/09: LA POLÍTICA NEOMALTUSIANA DE RODRÍGUEZ ZAPATERO

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.....En definitiva, es la descendencia dotada de un número adecuado de hijos por pareja quien promueve el desarrollo económico porque garantiza una estructura de población en edad joven y el número adecuado de personas en edad de trabajar debidamente formadas, porque se han educado en el propio país y sus conocimientos guardan relación con el grado de desarrollo del mismo.
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.....Pocos se acuerdan, pero en su momento, el 24 de junio del año pasado, el “Herald Tribune” publicaba un extenso y comentado reportaje donde se señalaba que a lo largo de la historia nunca ha existido prosperidad económica acompañada de un descenso de población. En el fondo no decía nada nuevo, aportaba, eso sí, nuevas consideraciones a toda una línea de pensamiento macroeconómico, la del desarrollo endógeno que ha dejado bien establecido que a largo plazo existe una estrecha relación entre la productividad total y la tasa de natalidad. Diversos autores explican en términos numéricos cómo la causa del retraso de Japón y Europa a partir de un momento dado, en relación a EE.UU., se debe precisamente a este motivo. Estudios cuantitativos señalan que en la productividad total a largo plazo influye más la fecundidad que la tasa de progreso técnico, lo cual no debe interpretarse en el sentido de que esta segunda no sea importante, sino que para periodos grandes de tiempo resulta insuficiente y decae.
.....Este factor de población es contemplado como hecho dinámico sin demasiadas discusiones. Todas las teorías neomaltusianas han quedado relegadas a poco más que a un pensamiento mágico. Pero se produce una gran paradoja, que en realidad es fruto de una determinada ceguera ideológica: se considera que es la inmigración el factor generador de este crecimiento beneficioso de la población, olvidándose - caso de España - de la natalidad. Este país es el único de Europa que, teniendo un invierno demográfico, ignora la natalidad para agarrarse en el pasado inmediato y, como a un clavo ardiendo, a la otra y más complicada componente, la inmigración. En este sentido, es muy reciente toda la literatura que en España demostraba los múltiples beneficios económicos que ocasionan los inmigrantes. En algunos casos incurriendo incluso en la exageración, quizás como un intento de contrapesar una xenofobia que, al menos, en el caso de España, no constituye un problema social.
.....Pero, sin negar los efectos beneficiosos de la inmigración, es necesario decir siendo realistas que en ningún caso forman parte de la solución al decaimiento demográfico. Las razones son múltiples y están muchas de ellas relacionadas con las consecuencias del desarraigo que conlleva y también con el hecho de que, por término medio, su capital humano es menor que el de los autóctonos.
.....En definitiva, es la descendencia dotada de un número adecuado de hijos por pareja quien promueve el desarrollo económico porque garantiza una estructura de población en edad joven y el número adecuado de personas en edad de trabajar debidamente formadas, porque se han educado en el propio país y sus conocimientos guardan relación con el grado de desarrollo del mismo. Este hecho se relaciona con la capacidad para innovar, ofertar nuevas ideas, y demandar novedades, y, por consiguiente, con el desarrollo tecnológico. Tiene efectos positivos, como se ha apuntado, sobre la productividad, y favorece la inversión a largo plazo necesaria para un desarrollo lo más sólido posible. También ayuda a tener una perspectiva viva de la solidaridad intergeneracional, que tiene muchas implicaciones, como la que afecta al medio ambiente.
.....España es un país con una estructura de edad frágil y una tasa de envejecimiento muy alta. La inmigración ha paliado el fenómeno, pero evidentemente no podía resolverlo porque sería necesaria tanta gente de fuera que lo hace absolutamente inviable. Además, hay que advertir que estos valores medios del envejecimiento de la población española se redistribuyen de manera muy desigual. En el noroeste de España, Galicia, Asturias, las provincias del antiguo reino de León, tienen niveles extraordinariamente altos que pueden llegar a que una de cada cuatro personas tenga más de 65 años. A esto se debe añadir una característica sociodemográfica fruto de la crisis de la antigua industrialización, como es la de los jubilados prematuros, por razones de cierres pactados en la industria pesada y en la minería. Hay zonas de Asturias donde la suma de los mayores de 65 años y los prejubilados alcanzan el 60%. Estos territorios de España, con parte de Castilla, son quienes mas van a sufrir las consecuencias del declive demográfico español, convertido en azote de las pensiones.
.....No es en Andalucía donde hay que mirar para reclamar solidaridad, sino hacia ese nordeste donde viven más de cinco millones de personas que en mayor medida que en el resto de España dependen de que el estado del bienestar - léase pensiones - no adelgace. Los paisanos de Rodríguez Zapatero figuran destacados en esta lista de damnificados. Y este es un rasgo interesante. A diferencia de Felipe Gonzáles que desde Madrid construyó una situación de clara ventaja para Andalucía, del PER al AVE, pasando por la Expo, y la mayor concentración de los fondos de cohesión europeos, la operación más grande de solidaridad jamás montada, incluido el Plan Mashall, Zapatero hace la política que más profundamente puede dañar a sus paisanos.
.....España necesita con urgencia lo que Francia, con una visión mucho más clara del futuro que llevó a cabo hace ya un puñado de años: una política que ayude a las familias a tener hijos. Una incentivación de la natalidad tanto en términos económicos, como de reconocimiento social de puesta en valor del hecho de ser madre, de facilidades para tener el hijo, de poderlo compaginar con una dedicación laboral a tiempo parcial, y una limitación política, cultural y económica del aborto, porque su mordida sobre el crecimiento demográfico es ya insoportable. Del orden del 20 al 25% de los nacimientos terminan de esta manera.
.....La España de Zapatero ha optado por todo lo contrario. Si desde un observatorio lejano se tuviera que definir el país que está llevando a cabo una política eficaz de carácter maltusiano para reducir su población, éste, sin duda, sería España (me refiero a contexto occidental; a escala mundial le pasaría por delante China). España ha mantenido una absoluta permisividad con el aborto permitiendo que se generara un sector privado muy lucrativo con estrechas vinculaciones con el poder político. Ha elaborado una cultura general y especialmente juvenil que disocia radicalmente la relación amorosa de la posibilidad de engendrar, y desde la oficialidad de las administraciones se ha potenciado la idea de la maternidad, no como algo normal, habitual, que la inmensa mayoría de las mujeres deben de asumir, sino como una carga pesada, un sacrificio extremo, que solo algunas, en determinados casos, pueden soportar.
.....Se ha favorecido de una manera masiva la anticoncepción a través de la pastilla del día después y su efecto complementario abortivo. Esta tarea la empezó Aznar, poniendo las bases para su dispensa gratuita en centros sanitarios públicos. Zapatero la culmina con esa peligrosa medida sanitaria de venta sin recetas, es decir sin control, en las farmacias. Y ahora se promueve una ley del aborto que manda un mensaje muy claro: el aborto es un derecho superior a cualquier otro incluido al que pueda tener el ser humano engendrado, y se puede abortar en cualquier momento sin temer ningún castigo penal.
.....La cultura que todo esto está forjando es absolutamente contraria a la que se necesita para desarrollar el país, y lo peor de todo es que irresponsablemente se empuja hacia ella a adolescentes y jóvenes, que serán quienes van a pagar las consecuencias con que se encontrará esta sociedad dentro de unos años. A Zapatero le importa un higo todo lo que vaya más allá de las próximas elecciones, pero lo realmente temible es que esta sea una actitud de buena parte de la sociedad española que tiene hijos, que tiene nietos, y que a pesar de ello quiere ignorar el abismo al que nos estamos precipitando. Y también lo es que el Partido Popular no sepa explicar con suficiente claridad las consecuencias del aborto en el plano económico, de la prosperidad y el bienestar. Mal gobierno, extraña oposición.
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Josep Miró i Ardèvol
Forum Libertas 20/05/2009

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