Cuando el Papa, en su último viaje al continente africano, hace unos meses, habló a favor de la abstinencia sexual y de la fidelidad matrimonial y señaló que la solución del Sida no era el condón, Edward Green, experto mundial en Sida y una alta autoridad académica de Harvard, tuvo la valentía y honradez intelectual de dar la razón al Papa. La prensa de medio mundo se le echó encima con unas formas groseras y un notable desconocimiento del tema.
Tal vez desde este texto se pueden entrever algunas perspectivas éticas: el preservativo parece resolver mi problema inmediato; el preservativo generalizado parece disminuir o eliminar la responsabilidad personal, y parece que los gobiernos -al facilitarlo- hacen algo positivo… “parece”, pero lo único real es el negocio de unos cuantos.
«No se puede resolver el flagelo del sida con la distribución de preservativos: al contrario, el riesgo que se corre es el de aumentar el problema», fueron las palabras del Papa en Camerún. Y, a pesar de las últimas críticas, es una opinión avalada por los científicos. Entre ellos, el experto en epidemiología del sida Edward C. Green, que el pasado mes de abril publicaba en la revista de pensamiento «First Things» que el sida se ha reducido en Uganda, Kenia, Haiti, Zimbabwe, Tailandia y Camboya, y en zonas urbanas de Costa de Marfil, Etiopía, Zambia y Malawi. Lo común en todos estos sitios es que se había reducido el número de parejas, había aumentado la fidelidad, la monogamia y la abstinencia. Una medida que ya se trazó en 2004, cuando se publicó el «consenso Lancet», en la revista médica «The Lancet», donde 140 expertos de 36 países establecían el «ABC» («Abstinence», «Be faithfull» -sé fiel- y «Condom») como línea común de actuación. El consenso dejaba claro que lo más eficaz era
En otra reciente entrevista con el «National Review Online», extractada por El Confidencial Digital, Green explica la «compensación del riesgo»: «Cuando se usa alguna tecnología para reducir un riesgo, como el preservativo, a menudo se pierden los beneficios asumiendo un mayor riesgo que si uno no usara esa tecnología», explica. «También me di cuenta de que el Papa dijo que la monogamia era la mejor respuesta al Sida en África. Nuestras investigaciones muestran que la reducción del número de parejas sexuales es el más importante cambio de comportamiento asociado a la reducción de las tasas de contagio del Sida», afirma.
Según los expertos, más eficaz en África es educar en abstinencia y la monogamia, como demuestra desde hace años el caso de Uganda y, recientemente, el de Kenia, países que han invertido en estos valores y han visto reducirse los contagios. Así lo asegura Green, que sostiene que el modelo en la lucha contra el Sida sigue siendo el ugandés, donde el Gobierno adoptó en los años 80 un programa que decía «quédate con tu pareja o sé fiel»: «Allí los programas han intentado modificar los comportamientos sexuales a un nivel más profundo».
Edward Green, autor de investigaciones en numerosos países de África durante los últimos 20 años, está a punto de publicar «Sida e ideología», donde describe cómo la industria está recibiendo millones de dólares al año promoviendo el uso de preservativos, medicamentos, y tratamientos para el Sida, y es claramente resistente a la idea de que el cambio de comportamiento es la solución.
24 Agosto 2009
1 comentario:
great! Thanks a lot!
Publicar un comentario